
Deepfakes y fraude: cómo las empresas pueden protegerse de esta nueva amenaza digital
La tecnología de deepfakes es una de las amenazas emergentes más peligrosas en el panorama del fraude digital. Utilizando la inteligencia artificial, los deepfakes pueden crear contenidos visuales, sonoros y de video extremadamente realistas, pero completamente falsos. Según el Estudio 2024 de Jumio, el 72% de los consumidores están preocupados por ser engañados por deepfakes, lo que refleja un nivel alarmante de temor respecto a esta tecnología.
Lo que es aún más preocupante es que las empresas están siendo cada vez más vulnerables a este tipo de fraude, ya que los deepfakes no solo afectan la privacidad de los individuos, sino también la seguridad y la integridad de las organizaciones. En este blog, analizamos cómo los deepfakes están afectando a las empresas y qué medidas pueden tomar para protegerse de esta creciente amenaza digital.
¿Qué son los deepfakes y cómo funcionan?
Un deepfake es un contenido multimedia falsificado generado mediante inteligencia artificial. Utilizando redes neuronales y modelos generativos, los deepfakes pueden replicar de manera precisa las características faciales, voces y movimientos de una persona real. A través de algoritmos avanzados, los creadores de deepfakes pueden alterar un video o una grabación de audio para que parezca que alguien está diciendo o haciendo algo que nunca sucedió. En el ámbito corporativo, los deepfakes pueden utilizarse para realizar fraudes financieros, suplantar identidades de empleados clave o incluso manipular la imagen pública de una empresa.
El riesgo de los deepfakes para las empresas
Las empresas están expuestas a múltiples riesgos debido al uso creciente de deepfakes. A continuación, detallamos los principales riesgos a los que las organizaciones deben enfrentarse:
Suplantación de identidad de ejecutivos
Un deepfake puede ser utilizado para crear un video o un audio falso de un ejecutivo de la empresa dando instrucciones para realizar una transacción financiera no autorizada. Por ejemplo, un fraude común es que los delincuentes creen un video de un director ejecutivo de la empresa solicitando una transferencia de dinero, lo que podría pasar desapercibido si no se verifica adecuadamente. Esto es especialmente riesgoso para las empresas que manejan grandes sumas de dinero o que realizan pagos internacionales.
Manipulación de información interna
Los deepfakes pueden ser utilizados para crear informes falsificados, declaraciones o incluso documentos contractuales alterados, lo que permite a los atacantes suplantar la identidad de empleados clave o directivos y obtener acceso no autorizado a sistemas sensibles. Esto puede dañar la integridad de la empresa y comprometer la seguridad de sus datos.
Daño a la Reputación Corporativa
Los deepfakes no solo afectan las finanzas de la empresa, sino también su reputación. Con los avances tecnológicos, es cada vez más fácil crear un deepfake convincente de un CEO o un portavoz de la empresa haciendo declaraciones que pueden dañar la imagen de la organización. Si este contenido falso se difunde rápidamente, puede provocar una crisis de relaciones públicas y afectar las relaciones con los clientes y los inversores.
El desafío de detectar deepfakes
La capacidad de detectar un deepfake es limitada, incluso para los expertos en seguridad. Según el Estudio 2024 de Jumio, el 60% de los consumidores creen que podrían identificar un deepfake, pero solo el 52% realmente tiene esa habilidad.
Este desajuste muestra que los consumidores y las empresas subestiman el riesgo que representan los deepfakes. La realidad es que la tecnología de deepfake está avanzando tan rápidamente que las empresas deben adoptar soluciones de detección más sofisticadas para protegerse.
Cómo protegerse de los deepfakes: soluciones tecnológicas y estrategias preventivas
Tecnologías de detección de deepfakes
Las empresas deben implementar soluciones basadas en inteligencia artificial para detectar deepfakes. Estas tecnologías analizan las características de las imágenes, audios y videos, buscando inconsistencias en los movimientos faciales, las voces o los patrones de comportamiento que son comunes en los deepfakes. Las herramientas de detección pueden identificar alteraciones que los ojos humanos no pueden ver, alertando a la empresa antes de que el fraude ocurra.
Verificación de identidad robusta
Una de las mejores formas de evitar ser engañado por un deepfake es implementar una verificación de identidad más rigurosa. En lugar de depender únicamente de contraseñas o preguntas de seguridad, las empresas deben adoptar verificación biométrica (como el reconocimiento facial o la autenticación de huellas dactilares) y autenticación multifactorial. Además, la verificación en tiempo real utilizando selfies junto con documentos de identidad puede garantizar que la persona que está interactuando con la plataforma es quien dice ser.

Educación y capacitación interna
A pesar de las herramientas tecnológicas, una parte crucial de la protección contra deepfakes es la educación. Las empresas deben capacitar a sus empleados para que sean capaces de identificar señales de advertencia de deepfakes. Esto puede incluir la capacitación sobre cómo reconocer patrones inusuales en los videos o comunicaciones electrónicas, como cambios de luz o sombras extrañas, sincronización de labios incorrecta o audio que no coincide con el video.
Conclusión
Los deepfakes representan un riesgo significativo para las empresas, especialmente cuando se trata de fraude financiero y daño a la reputación. A medida que la tecnología continúa avanzando, las empresas deben invertir en soluciones de detección de deepfakes, adoptar métodos de verificación de identidad sólidos y educar a sus empleados sobre cómo reconocer los riesgos. Protegerse contra los deepfakes es esencial no solo para la seguridad financiera, sino también para mantener la integridad y confianza de la empresa.