
eKYC en acción: ¿Cómo optimizar la vinculación de clientes en tu organización?
En cualquier empresa, la fase de vinculación de clientes es uno de los momentos más críticos del ciclo comercial. Es el primer contacto formal entre el cliente y la organización, y suele definir el tono de la relación a largo plazo. Si este proceso es lento, confuso o inseguro, el cliente puede perder interés o confianza. Por eso, contar con una solución como eKYC (electronic Know Your Customer) puede marcar la diferencia.
El eKYC permite digitalizar y automatizar la verificación de identidad, lo que reduce los tiempos de incorporación, mejora la experiencia del cliente y garantiza el cumplimiento de normativas. Implementarlo correctamente no solo optimiza el onboarding, sino que también mejora la eficiencia operativa y protege a la empresa de riesgos innecesarios.
Un cambio en la forma en la que vinculan clientes
Tradicionalmente, la incorporación de un nuevo cliente requería formularios extensos, documentos físicos, verificaciones manuales y tiempos de espera prolongados. Esto no solo generaba fricción, sino que también exponía a las empresas a errores, suplantaciones y procesos ineficientes.
Con eKYC, este paradigma cambia completamente. Gracias al uso de tecnología de reconocimiento biométrico, validación de documentos y análisis de señales de riesgo, hoy es posible verificar identidades de forma remota, en minutos y con altos estándares de seguridad.
Beneficios clave del eKYC en la etapa de onboarding
- Rapidez y eficiencia: Los procesos que antes requerían varios días, hoy se resuelven en cuestión de minutos.
- Experiencia del cliente mejorada: Un flujo ágil y sin fricciones aumenta las probabilidades de retención.
- Reducción del fraude: La detección de patrones sospechosos disminuye el riesgo de suplantación o falsificación.
- Cumplimiento normativo: Se garantiza la recolección adecuada de datos según las regulaciones vigentes.
- Escalabilidad: La automatización permite atender un mayor volumen de solicitudes sin ampliar la estructura operativa.
Mejores prácticas para una implementación efectiva
Para que eKYC sea verdaderamente efectivo en la vinculación de clientes, es necesario diseñar flujos centrados en el usuario. Algunas recomendaciones incluyen:
- Realizar pruebas en entornos reales: Utilizar documentos válidos y escenarios diversos para validar la robustez del sistema.
- Optimizar para móvil: Muchos usuarios iniciarán el proceso desde sus teléfonos. El diseño debe ser responsivo.
- Simplificar pasos innecesarios: Un proceso de verificación extenso puede hacer que el usuario abandone. Diseña flujos ágiles, elimina fricciones y evita pedir información que no sea esencial. Mientras más directo sea el camino, mayor será la conversión.
- Adaptar el lenguaje: Instrucciones claras, sin tecnicismos, y en el idioma del usuario.
Estas prácticas garantizan que el cliente complete el proceso sin frustraciones y que los datos recolectados sean confiables.
Casos de éxito en diferentes industrias
Empresas de sectores como financiero, salud, telecomunicaciones y retail ya están utilizando eKYC para mejorar sus procesos de incorporación. Algunos beneficios observados han sido:
- Sector financiero: Reducción del tiempo de vinculación en un 80 % y aumento de la aprobación de solicitudes válidas.
- Telecomunicaciones: Mayor precisión en la verificación de identidad y disminución de líneas fantasma.
- Salud: Validación rápida de asegurados, mejorando el acceso a servicios en línea.
- Retail: Agilización del registro de clientes, reducción de fraudes en programas de fidelización y mayor confianza en las transacciones digitales.
Estos resultados demuestran que el impacto del eKYC va más allá de la eficiencia: transforma la forma en que las organizaciones se relacionan con sus clientes desde el primer contacto.
Integración con otros sistemas empresariales
Para aprovechar al máximo el eKYC, su implementación debe estar alineada con los sistemas centrales de la organización, como CRMs, plataformas de onboarding, ERPs o soluciones de atención al cliente.
Una integración fluida mejora procesos y gestión de datos validados
- Automatizar el traspaso de datos validados.
- Reducir redundancias y errores manuales.
- Activar flujos posteriores de forma automática (envío de contratos, asignación de asesores, etc.).
- Monitorear en tiempo real el rendimiento del proceso.
Medición de resultados y mejora continua
Como todo proceso digital, el eKYC debe ser monitoreado y optimizado constantemente. Algunas métricas clave a tener en cuenta son:
- Tasa de finalización del proceso.
- Tiempo promedio de verificación.
- Porcentaje de documentos rechazados.
- Nivel de intervención manual requerida.
- Incidentes o alertas detectadas.
Con esta información, los equipos pueden ajustar el flujo, capacitar mejor a los usuarios o incluso redefinir criterios de validación según el comportamiento observado.

Decidir es el “trabajo invisible” que sostiene cualquier negocio: elegir prioridades, asignar recursos, decir que no a lo que no aporta y actuar a tiempo cuando algo se desvía. Una buena decisión no es un golpe de suerte; es el resultado de información confiable, procesos claros y una cultura que aprende rápido. Haz que tus decisiones ganen velocidad: ve el capítulo 3 de nuestro videopodcast. Disponible aquí. Toma de decisiones en una empresa La toma de decisiones es el proceso de definir un problema, considerar alternativas y elegir la más conveniente para los objetivos del negocio. Implica entender el contexto (clientes, costos, riesgos), estimar impacto y actuar con un plan de seguimiento. En la práctica, decide quien tiene la responsabilidad del proceso y la autoridad para mover recursos; el resto del equipo aporta datos y ejecuta con claridad de tiempos y resultados. Para qué sirve la toma de decisiones en una empresa Sirve para priorizar (qué hacer primero), asignar recursos (tiempo, dinero, personas) y reducir la incertidumbre con criterios compartidos. También ordena la operación: estandariza cómo se aprueban compras, precios, descuentos, proyectos o contrataciones. Cuando el negocio opera con esta lógica, gana velocidad sin perder control y puede optimizar procesos críticos (ventas, compras, servicio). Si quieres profundizar en este punto, revisa cómo la optimización de procesos y eficiencia mejora calidad, tiempos y costos. Importancia de tomar decisiones en una empresa Decidir tarde, o por intuición sin datos, cuesta margen y reputación. Decidir bien protege la caja, evita gastos innecesarios, alinea equipos y fortalece el historial financiero frente a proveedores y entidades de crédito. Además, crea una cultura que aprende: documenta lo que funcionó, corrige lo que no y reduce el riesgo digital con buenas prácticas. Aquí puedes ampliar con esta guía de educación financiera para reducir el riesgo digital. Cómo mejorar la toma de decisiones en una empresa Define el problema con precisión. Una frase que todos entiendan (qué duele, a quién, desde cuándo, con qué costo). Criterios antes de opciones. ¿Qué hace “buena” una alternativa? (impacto, costo, tiempo, riesgo). Datos mínimos, confiables y comparables. Ventas, margen, caja y calidad; menos ruido, más señales. Decisiones reversibles vs. irreversibles. Las primeras se toman rápido y se corrigen; las segundas requieren más evidencia y pilotos. Dueño, responsable y cadencia. Quién decide, quién ejecuta, qué plazos y cómo se medirá el resultado. Retroalimentación corta. Reuniones breves para plan vs. real y acciones correctivas. Cómo el análisis de datos impulsa la toma de decisiones empresariales El análisis de datos convierte hechos dispersos en señales accionables: muestra qué productos realmente impulsan el margen, qué clientes pagan a tiempo, dónde se atascan pedidos y qué campañas convierten. Con esa evidencia, puedes ajustar precios, reordenar inventario, rediseñar procesos y prevenir pérdidas. La capa analítica también permite automatizar alertas (por ejemplo, cuando sube el riesgo de fraude) y priorizar tareas con el mayor retorno. Un complemento clave es la aplicación de inteligencia artificial en prevención de fraudes, tema que puedes explorar en esta guía aplicada para finanzas. Qué es análisis de datos Es el conjunto de técnicas para recopilar, limpiar, organizar y examinar información con el fin de responder preguntas del negocio y apoyar decisiones. Incluye describir lo que pasó (tendencias), explicar por qué pasó (causas), anticipar lo que podría pasar (proyecciones) y sugerir qué hacer (recomendaciones). Bien hecho, el análisis se integra al día a día: tableros simples, fuentes confiables, definiciones claras de cada métrica y responsables que actúan sobre los hallazgos. Big Data y análisis de datos Big Data se refiere a volúmenes de información tan grandes y variados que requieren herramientas y enfoques especiales para procesarlos con rapidez (por ejemplo, datos de clientes, transacciones, logística y comportamiento digital). ¿Por qué importa? Porque permite ver patrones que no aparecen a simple vista: picos de demanda por zona, señales tempranas de morosidad, fraude por comportamiento anómalo o microsegmentos con alta probabilidad de compra. Para profundizar en cómo detectar y mitigar riesgos con evidencia, consulta prevención de fraude: el poder del análisis de datos. Análisis de datos en una empresa Empieza pequeño y útil: un tablero semanal con ventas, margen, caja, tiempos de entrega y satisfacción del cliente. Luego agrega capas: cohortes por canal, rentabilidad por producto, alertas de cartera y simulaciones de precio. La clave es cerrar el ciclo: del hallazgo a la acción (quién hace qué y cuándo) y de la acción al aprendizaje (¿mejoró la métrica?). Con esa disciplina, decidir se vuelve más rápido y preciso, y la empresa gana capacidad para crecer con menos fricción y más control. Preguntas frecuentes: ¿Cuáles son los tipos de toma de decisiones en una empresa? Según el horizonte y alcance, las más útiles de distinguir son: Estratégicas: de largo plazo, definen rumbo (mercados, portafolio, inversiones). Tácticas: de mediano plazo, traducen la estrategia en planes (presupuestos, precios, campañas). Operativas: del día a día, ejecutan procesos (compras, programación, atención). También se clasifican como programadas (repetitivas, con reglas), no programadas (novedosas), individuales o colectivas, y centralizadas o descentralizadas. ¿Cuáles son los 3 modelos de toma de decisiones? Racional (clásico): define el problema, reúne toda la información posible, compara alternativas y elige la óptima. Útil en decisiones de alto impacto con tiempo para analizar. Racionalidad limitada (Simon): reconoce información y tiempo incompletos; se elige una opción “suficientemente buena”. Realista para entornos cambiantes. Intuitivo/experiencial: se apoya en patrones, experiencia y heurísticas para decidir rápido. Sirve en contextos de urgencia o alta incertidumbre, idealmente respaldado por datos mínimos. ¿Cuáles son las 4 etapas de la toma de decisiones? Definir el problema y el objetivo (qué duele, a quién, desde cuándo, costo del no-hacer). Generar alternativas viables (con criterios claros: impacto, costo, tiempo, riesgo). Evaluar y seleccionar (comparar con datos; decidir quién, qué y cuándo). Implementar y dar seguimiento (plan de acción, métricas, responsables y ajustes según resultados).

Lo que no se mide, no se mejora. En finanzas, medir no es acumular números: es traducir la operación a señales simples que te ayuden a decidir a tiempo. Las métricas financieras muestran liquidez, eficiencia, rentabilidad y riesgo; bien elegidas, te permiten fijar precios con criterio, ordenar gastos, negociar mejor y acceder a crédito en mejores condiciones. ¿Qué es una métrica financiera? Es un valor numérico que resume un aspecto de la salud económica del negocio (por ejemplo, margen bruto o razón corriente). Se calcula con datos de tus estados financieros y refleja qué está pasando en un periodo. A diferencia de un KPI, la métrica no siempre tiene meta asociada; es la materia prima para analizar y, luego, para construir indicadores clave de desempeño. ¿Quieres profundizar en las familias de indicadores y cómo se interpretan? Revisa esta guía de indicadores financieros: qué son, tipos y cómo analizarlos. Métricas financieras de una empresa Piensa en seis bloques básicos que deberías mirar todos los meses: Liquidez: capacidad de pagar a corto plazo (razón corriente, prueba ácida). Rentabilidad: cuánto valor generan ventas y activos (margen bruto, neto, ROA, ROE). Eficiencia operativa: qué tan rápido conviertes inventario y cartera en efectivo (días de inventario, de cobro y de pago). Endeudamiento/solvencia: cuánto dependes de terceros y si puedes cubrir intereses. Crecimiento: evolución de ventas, margen y utilidades en el tiempo. Caja: comportamiento del flujo de efectivo (operación, inversión y financiación). Principales métricas financieras Aterriza lo esencial con nombres claros y uso práctico: Razón corriente = Activo corriente ÷ Pasivo corriente (señal de liquidez). Prueba ácida = (Activo corriente − Inventarios) ÷ Pasivo corriente (liquidez estricta). Margen bruto = (Ventas − Costo de ventas) ÷ Ventas (capacidad de cubrir gastos operativos). Margen operativo = Utilidad operativa ÷ Ventas (eficiencia del core del negocio). Margen neto = Utilidad neta ÷ Ventas (resultado final). Días de inventario = Inventario promedio ÷ Costo de ventas diario (agilidad de rotación). Días para cobrar = Cuentas por cobrar ÷ Ventas diarias (disciplina de cartera). Días para pagar = Cuentas por pagar ÷ Compras diarias (negociación con proveedores). Cobertura de intereses = Utilidad operativa ÷ Gastos por intereses (holgura financiera). Si necesitas vincular estas métricas a la gestión del negocio y la eficiencia de procesos, aquí tienes una guía práctica de planeación estratégica para potenciar el crecimiento de tu Pyme. De las métricas a los KPIs financieros El salto ocurre cuando a la métrica le agregas intención y control: meta, plazo, responsable, fuente de datos y frecuencia de seguimiento. Así pasas de “margen bruto 38%” a “margen bruto ≥ 35% cada mes, dueño: gerencia comercial; acciones si cae: ajustar precios o mezcla”. Además, alinear KPIs con tu plan estratégico evita perseguir números que no mueven el negocio y te ayuda a priorizar proyectos, presupuesto y foco del equipo. Conecta este paso con tu sistema de control: una buena auditoría financiera asegura datos confiables para que tus KPIs sean creíbles y accionables. ¿Qué son los KPIs financieros? Son indicadores clave de desempeño que miden lo que realmente importa en finanzas para cumplir tus metas. Un KPI = métrica + objetivo + periodo + responsable + umbral de alerta + plan de acción. Ejemplo: “Liquidez mínima: razón corriente ≥ 1,4 mensual; si baja de 1,3, congelar compras no críticas y acelerar cobros con descuento por pronto pago”. Tipos de KPIs financieros Liquidez y caja: razón corriente, caja mínima, flujo de efectivo operativo positivo X meses seguidos. Rentabilidad: margen bruto/operativo/neto objetivo, ROA, ROE. Endeudamiento y cobertura: porcentaje de deuda sobre activos, cobertura de intereses ≥ 3×. Eficiencia operativa: días de inventario, de cobro y de pago; ciclo de conversión de caja. Crecimiento y productividad: crecimiento de ingresos con margen estable, ventas por colaborador. Creación de valor: EVA o metas de retorno por línea/producto (cuando corresponda). Ejemplos de KPIs financieros Caja mínima operativa: ≥ 1,2 meses de gastos fijos; alerta si baja de 1,0 mes. Margen bruto: ≥ 35% mensual; si cae, revisar precios, descuentos y estructura de costos. Días para cobrar: ≤ 40 días; si supera 45, activar recordatorios y abonos en pedidos grandes. Días de inventario: 25–35 días según categoría; si sube, liquidar lento y ajustar compras. Cobertura de intereses: ≥ 3×; si baja, reducir deuda cara o mejorar margen operativo. Crecimiento de ingresos con calidad: ≥ 12% anual manteniendo margen neto ≥ 10%. Razón de endeudamiento total: ≤ 0,6; si sube, priorizar flujo operativo para desapalancar. Para afinar el uso e interpretación de cada familia, vuelve a esta guía de indicadores financieros: qué son, tipos y cómo analizarlos, y alinea tus metas con la planeación estratégica de tu Pyme sobre una base de datos confiable y procesos de auditoría financiera. Elige 6–8 métricas clave, conviértelas en KPIs con metas realistas, asigna responsables y establece un flujo de revisión (semanal y mensual). Con disciplina, tus números dejarán de ser reportes “para la foto” y se convertirán en decisiones que mejoran caja, margen y crecimiento sostenible. Preguntas frecuentes: ¿Cuáles son los 4 indicadores financieros? Los cuatro más usados como “familias” son: liquidez (capacidad de pagar en el corto plazo), rentabilidad (qué valor generan ventas y activos), endeudamiento/solvencia (cuánto dependes de terceros y tu holgura para pagar) y eficiencia/actividad (qué tan bien conviertes inventario y cartera en efectivo). Ejemplos típicos: razón corriente, margen neto, endeudamiento total y días de inventario. ¿Cuáles son los 4 ratios financieros? Una selección práctica (uno por familia) sería: Razón corriente = activo corriente ÷ pasivo corriente (liquidez). Endeudamiento total = pasivo total ÷ activo total (apalancamiento/solvencia). Margen neto = utilidad neta ÷ ventas (rentabilidad). Rotación de inventarios = costo de ventas ÷ inventario promedio (eficiencia). Cada uno te da una señal distinta: pagar a tiempo, nivel de deuda, rentar con lo que vendes y qué tan rápido gira tu stock. ¿Qué tipos de métricas hay? Según el objetivo de gestión, conviene agruparlas en: liquidez, rentabilidad, eficiencia operativa (inventario, cartera y proveedores), endeudamiento/solvencia, crecimiento y productividad (ventas, margen y utilidades en el tiempo) y caja/flujo de efectivo. Estas categorías te ayudan a elegir pocas métricas clave y a convertirlas en KPIs con meta, responsable y frecuencia de seguimiento.

Los indicadores financieros son la “tablero de control” del negocio: te muestran si hay caja suficiente, si vendes con margen, cuánto dependes de la deuda y si estás creciendo de forma sostenible. Mirarlos con disciplina ayuda a tomar decisiones más claras: fijar precios, ajustar gastos, negociar con proveedores y acceder a crédito en mejores condiciones. Da el siguiente paso: ve el capítulo 3 de nuestro podcast y transforma estos indicadores en decisiones claras para tu empresa. Reprodúcelo aquí. ¿Qué son los indicadores financieros? Son medidas numéricas que resumen la salud económica de una empresa. Se calculan a partir de tus estados financieros (ventas, costos, gastos, activos y pasivos) y se agrupan, normalmente, en cinco familias: Liquidez: capacidad para cumplir pagos de corto plazo (por ejemplo, razón corriente). Rentabilidad: qué tanto valor genera tus ventas y activos (margen neto, retorno sobre activos). Endeudamiento: nivel y calidad de la deuda frente al tamaño del negocio. Eficiencia operativa: qué tan bien conviertes inventario y cartera en efectivo (días de inventario, días para cobrar y pagar). Crecimiento: cómo evolucionan ventas, márgenes y utilidades en el tiempo. Indicadores financieros Colombia En Colombia, las pymes y empresas grandes usan los mismos indicadores que en otros países, pero con particularidades locales: estacionalidad marcada (picos en fin de año o temporadas), sensibilidad a tasas de interés e inflación, y exposición a tasa de cambio si importas. Bancos, proveedores y aliados suelen pedir historial de pago y revisar razones de liquidez, endeudamiento y cobertura antes de otorgar cupos o crédito. Llevar tus cifras con orden, consistencia y revisarlas cada mes mejora la conversación con el sistema financiero y con tus socios. Para que tus indicadores se conviertan en continuidad operativa, domina el flujo de efectivo: entradas, salidas y alertas que te permiten decidir con tiempo. Indicador de endeudamiento financiero Un indicador de endeudamiento financiero es una medida que muestra qué tanto depende la empresa de recursos de terceros y qué tan capaz es de atender sus compromisos. Relaciona la deuda con el tamaño del negocio (activos o patrimonio) o con su capacidad de pago (resultados operativos), ayudando a evaluar riesgo, apalancamiento y solvencia antes de tomar decisiones de financiamiento. El endeudamiento no es “bueno o malo” por sí mismo; lo importante es cuánto debes y con qué capacidad pagas. Razón de endeudamiento total = Pasivo total ÷ Activo total. Indica qué parte de la empresa está financiada por terceros. Ejemplo: si tus activos suman 1.000 y tus pasivos 550, tu endeudamiento es 0,55 (55%). Apalancamiento = Pasivo total ÷ Patrimonio. Mide la presión de deuda sobre el capital propio. Cobertura de intereses = Utilidad operativa (o EBITDA) ÷ Gastos por intereses. Muestra cuántas veces tus resultados operativos alcanzan para cubrir los intereses. Ejemplo: si tu utilidad operativa es 120 y pagas 30 en intereses, la cobertura es 4× (saludable). Señales de alerta: intereses creciendo más rápido que las ventas, coberturas por debajo de 2× por varios meses, y deuda de corto plazo demasiado alta frente a la generación de caja. Indicadores de crecimiento financiero Los indicadores de crecimiento financiero son métricas que revelan cómo evoluciona la empresa en el tiempo: ventas, márgenes, utilidades y productividad. Permiten diferenciar si el avance viene por precio, volumen o mezcla de productos/servicios, y si ese crecimiento es rentable y sostenible, evitando expandirse a costa de la caja o del margen. Más ventas no siempre significan mejor negocio. Observa el crecimiento con calidad: Crecimiento de ingresos: comparación vs. mes/año anterior. Crecimiento con margen: verifica que margen bruto y neto crezcan junto con las ventas. Crecimiento sostenido: tasa de crecimiento anual compuesta (promedio de varios años). Productividad: ventas por colaborador o por metro/cuadrado (según tu industria). Expansión saludable: inversión financiada con caja operativa y no solo con deuda. Un buen hábito es separar el crecimiento por canal y producto para entender si el impulso viene de precio, volumen o mezcla (productos de mayor margen). Indicadores financieros fórmulas A continuación, fórmulas clave con ejemplos sencillos. Adáptalas a tu negocio: Razón corriente (liquidez): Activo corriente ÷ Pasivo corriente. Ejemplo: 300 ÷ 200 = 1,5 (hay $1,5 “a la mano” por cada $1 que debes pronto). Prueba ácida (liquidez estricta): (Activo corriente − Inventarios) ÷ Pasivo corriente. Margen bruto: (Ventas − Costo de ventas) ÷ Ventas. Ejemplo: (1.000 − 620) ÷ 1.000 = 38%. Margen operativo: Utilidad operativa ÷ Ventas. Margen neto: Utilidad neta ÷ Ventas. Retorno sobre activos (ROA): Utilidad neta ÷ Activos totales. Retorno sobre patrimonio (ROE): Utilidad neta ÷ Patrimonio. Días de inventario (eficiencia): (Inventario promedio ÷ Costo de ventas diario). Si el costo anual es 3.650 y el inventario promedio 300: Costo diario = 3.650 ÷ 365 = 10; Días inventario = 300 ÷ 10 = 30 días. Días para cobrar (cartera): (Cuentas por cobrar ÷ Ventas diarias). Días para pagar (proveedores): (Cuentas por pagar ÷ Compras diarias). Claves de uso: calcula siempre con periodos comparables, usa promedios cuando aplique (inventario, cartera) y acompaña cada número con una acción (ej., “bajar 5 días cartera en 60 días”). Si necesitas un esquema práctico de KPIs para el día a día, esta guía de indicadores de gestión te muestra cómo priorizar métricas y darles dueño. ¿Cómo hacer un análisis de indicadores financieros? Define el objetivo. ¿Qué quieres decidir? (subir precios, abrir canal, pedir crédito). Elige 6–8 indicadores relevantes para ese objetivo (no 20). Por ejemplo, para “mejorar caja”: razón corriente, días para cobrar, días de inventario, días para pagar, margen bruto y cobertura de intereses. Asegura datos confiables. Conciliación contable, cortes mensuales y criterios constantes. Calcula y visualiza. Compara contra tu histórico y tu presupuesto; grafica tendencias de 6–12 meses. Interpreta causas. Separa efectos de precio, volumen y mezcla; distingue costos fijos de variables. Decide acciones y responsables. Ej.: “reducir inventario lento con campaña en 30 días”, “negociar +15 días con proveedor A”, “activar abonos del 20% en pedidos grandes”. Haz seguimiento. Revisa semanal y mensualmente; ajusta si no hay mejora en 4–6 semanas. Antes de ajustar precios o abrir un nuevo canal, profundiza en esta guía de análisis financiero orientado a decisiones y evita improvisar con los números. Crea un tablero único para el equipo directivo con tus indicadores de liquidez, rentabilidad, endeudamiento, eficiencia y crecimiento. Revísalo cada semana en 20 minutos y cada mes con más detalle. Esa disciplina convierte los números en decisiones concretas y fortalece tu reputación financiera frente a proveedores, bancos y aliados.
Conclusión
eKYC no es solo una herramienta para verificar identidades. Es una solución integral que optimiza el onboarding, fortalece la seguridad, mejora la experiencia del cliente y garantiza el cumplimiento.
Implementarlo correctamente permite a las organizaciones ser más ágiles, escalables y confiables desde el primer contacto con sus clientes. En un mercado cada vez más digital, el valor de una vinculación rápida y segura es incuestionable. Y eKYC es el camino para lograrlo.


