
Claves para entender el panorama actual del Fraude en Colombia
En los últimos años, el fraude de identidad ha dejado de ser una amenaza latente para convertirse en una realidad contundente en Colombia y América Latina.
Este fenómeno, que afecta de manera directa a bancos, fintechs y empresas prestadoras de crédito, se ha sofisticado a la par del desarrollo tecnológico, obligando al sector a repensar sus estrategias de seguridad.
Hoy, el fraude de identidad no solo genera pérdidas económicas significativas, sino que pone en riesgo la confianza del consumidor, impacta la reputación corporativa y debilita los mecanismos tradicionales de validación.
En este blog, desarrollado con base en el más reciente informe regional sobre fraude de Jumio e Iupana, exploramos el contexto actual de este delito y cómo las empresas en Colombia pueden enfrentarlo de manera efectiva.
El fraude de identidad: una amenaza en expansión
El fraude de identidad, particularmente en productos de crédito, ha escalado con rapidez gracias al auge de los canales digitales. Si bien la digitalización ha permitido una mayor inclusión financiera, también ha abierto nuevas puertas para que organizaciones delictivas operen con mayor agilidad y anonimato.
De acuerdo con cifras presentadas en dicho informe, en 2023 se registró un aumento del 266% en el uso de programas maliciosos dirigidos al robo de identidad.
Este incremento refleja una realidad ineludible: los ciberdelincuentes están invirtiendo cada vez más recursos en perfeccionar sus técnicas de fraude, y las entidades financieras deben responder con igual o mayor contundencia tecnológica.
Deepfakes e inteligencia artificial: el nuevo rostro del fraude
Uno de los factores que ha transformado el panorama del fraude es el avance de la inteligencia artificial generativa.
Tecnologías como los deepfakes permiten crear videos manipulados en los que una persona parece estar diciendo o haciendo algo que nunca sucedió.
Este tipo de fraude se ha convertido en una herramienta peligrosa para quienes buscan suplantar identidades y engañar a sistemas de verificación.
Casos como el de Hong Kong, donde una multinacional transfirió 25 millones de dólares tras ser engañada por un deepfake de su CFO, revelan hasta qué punto el fraude puede traspasar los filtros más rigurosos.
En Colombia, donde la transformación digital es cada vez más acelerada, el riesgo de que estas técnicas lleguen a impactar operaciones locales es inminente.
Microcréditos: una presa fácil para los defraudadores
El informe destaca que uno de los focos principales del fraude de identidad en América Latina está en los microcréditos. Este tipo de producto financiero, por su agilidad y bajo monto, se ha convertido en un blanco atractivo para los delincuentes.
En muchos casos, el fraude se da a través de suplantación o la creación de identidades sintéticas, especialmente cuando no existen controles robustos en los procesos de onboarding digital.
Gabriel Santos, presidente de Colombia FinTech, afirma que el riesgo de crédito y el riesgo de fraude van de la mano. Si una empresa no hace un buen análisis de ambos desde el principio, las tasas de morosidad y los niveles de fraude se disparan.
Reputación y confianza: víctimas colaterales del fraude
Además del golpe financiero, el fraude tiene un efecto devastador sobre la reputación de las empresas. Una institución que aparece en noticias por haber sido víctima de un ataque de fraude puede ver deteriorada su relación con los clientes actuales y potenciales. El estudio menciona que el 13% de los usuarios en EE. UU. están considerando cambiar de banco por preocupaciones relacionadas con la seguridad.
En Colombia, esta cifra podría ser aún mayor dada la sensibilidad del consumidor a la pérdida de confianza.
Victor Nieto, Product Manager de Experian, lo resume claramente: El riesgo de fraude y el riesgo de crédito van muy de la mano. Si uno hace un muy buen análisis de riesgo de crédito y de riesgo de fraude al inicio, con certeza que en el futuro se va a disminuir la tasa de fraude y también la de morosidad”.
¿Qué están haciendo los delincuentes?
Las organizaciones criminales han adoptado nuevas metodologías. Ya no solo se trata del robo de información personal: ahora crean identidades sintéticas combinando datos reales con ficticios.
Estos perfiles falsos logran pasar procesos de verificación básica y abrir cuentas, generar relaciones de crédito saludables inicialmente, y luego desaparecer con altos montos solicitados. Este tipo de fraude es conocido como “bust-out”.
A esto se suma el uso de técnicas como el SIM swapping o robo de titularidad de líneas móviles, lo cual permite a los delincuentes acceder a servicios de banca digital y solicitar préstamos en nombre de la víctima.
En Argentina, por ejemplo, se reportó un caso de fraude donde una usuaria terminó con una deuda de más de 900 dólares luego de que robaran su línea telefónica.
La percepción de invulnerabilidad: un riesgo silencioso
Uno de los mayores desafíos del fraude actual es que tanto usuarios como empresas sobrestiman su capacidad para detectar estas amenazas. Un estudio citado en el informe señala que el 60% de las personas cree poder identificar un deepfake, pero la realidad es que incluso expertos en seguridad fallan en la mayoría de los casos.
Samer Atassi, vicepresidente de Jumio para América Latina, lo confirma: en una prueba para identificar imágenes falsas creadas con IA, solo acertó en 2 de 10 intentos. Esto demuestra que el fraude ha superado el umbral de lo perceptible para el ojo humano.

Conclusión: el fraude exige acción inmediata
El fraude de identidad representa hoy uno de los mayores riesgos para la sostenibilidad de las empresas de crédito en Colombia. No es solo un problema tecnológico, sino estratégico. La prevención del fraude debe ser un eje transversal de toda operación financiera, desde el diseño de productos hasta el servicio al cliente.
Adoptar soluciones basadas en inteligencia artificial, implementar validaciones biométricas, realizar análisis de comportamiento y trabajar con socios especializados en fraude, ya no son diferenciales, sino requisitos mínimos.
Desde DataCrédito Experian reafirmamos nuestro compromiso con la protección del ecosistema empresarial colombiano. La lucha contra el fraude es una carrera constante, pero con información, tecnología y estrategia, es posible ir siempre un paso adelante.